martes, 28 de enero de 2014

¿Buscas la felicidad?

   Sueños a largo plazo y una guitarra que a gritos pide que con ella juegues. Otros, a más corto plazo y una sonrisa que desde su hogar, te invita a un café. Una verde pradera espera solitaria e impaciente la visita, sin saber cuánto va a demorarse y un billete de avión espera ser comprado. La maleta, desde su escondite, clama al cielo y a lo inmaterial por sentir de nuevo el aire fresco. Un libro que tiene cómo última voluntad, ser leído de nuevo, para enamorar al portador con sus historias. Una persona que espera compartir contigo aquello que antaño le prometiste y tu propio cuerpo anhela la compañía de las velas, el té y esas largas charlas con aquella persona tan especial.
   Miles de cosas que deseas hacer, incluso puedes desear no hacer nada, es un sueño que la gente suele hacer realidad… Nada… ¿Acaso hay algo mejor? Dedicarse un día a uno mismo, olvidarse de todo y de todas las personas del mundo, regalarse un día a uno mismo… tal vez sea eso lo que necesitemos todas… dedicarnos ese tiempo que  a menudo demandamos y que nunca nos dedicamos. Tal vez, emplearlo en hacer eso que tanto tiempo llevamos atrasando, ver a esa persona a la que queremos pero a la que no dedicamos el tiempo que tal vez se mereciese, escaparnos de la ciudad, huir del móvil y de las pantallas en general, perderse en una arboleda, sola, con los ojos cerrados… Y respirar profundo, sentir como todo a nuestro alrededor desaparece, todo lo envuelve una oscuridad relajante que nos da la sensación de flotar en la nada, volver a respirar, abrir los ojos y ver que en efecto, el tiempo es nuestro, la vida es nuestra, los actos son nuestros…
      No trago a la gente que intenta que los demás sean felices, a través de libros vacíos, insípidos, intragables, intentan hacer que la gente sea “Feliz” del mismo modo en la que ellos o ellas mismas llegaron a ese estado de “Felicidad” sin tener en cuenta que no hay dos personas iguales, por lo que un solo libro no sirve para alcanzar esa puta “felicidad”. Por ello, creo que cada persona debe de ser la autora de su propio libro, el cual le oriente a la felicidad, cada persona debe de conocerse a sí misma, establecer unos sueños, unas metas y a raíz de eso… Crecer.

“Siempre me decían que si me enfadaba, contase hasta 10 y se me olvidaría mi enfado. ¿Lo que en realidad me hizo feliz? Ir a esa persona que me enfadaba y decirle: “Cuento hasta 10, aprovecha y corre”.” 

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