domingo, 23 de agosto de 2015

Vive

El pecho apunto de estallar, kilos y kilos a las espaldas, pero sin ninguna carga visible, falta de sueño, fatiga y presión a cada paso. Poco a poco se abandona lo que, días pasados, llamamos sueños, los cambiamos por auto-imposiciones que nos atan y nos conducen a caminos que nunca quisimos recorrer. Encontramos el inevitable fracaso y nos fustigamos por ello, sin ni si quiera valorar nuestro esfuerzo, sin tener en cuenta el pedacito de vida que perdimos tan solo por intentar hacer algo, que nunca quisimos hacer realmente. Pasa el tiempo y tan solo tenemos en nuestro contador una cúmulo de derrotas, que nos hunden, fallos que cometimos, errores que sucedieron en incontables intentos por realizar tareas que nunca fueron realmente destinadas para nosotros.
Llega el final de nuestras vidas y todo se resume en un oscuro pasado, lleno de acciones que hicimos por no ser diferentes, por seguir a las masas que se denominaban "normales" y es en ese momento en el que recordamos que nosotros no queríamos endeudarnos, sino viajar. No queríamos esclavizarnos por un salario pésimo sino involucrarnos en aquello por lo que merecía la pena luchar, no necesitábamos un auto para poder ir rápido sino escuchar lo que decían nuestros sueños para volar.
Si aún crees estar a tiempo, cambia, abandona esa corriente que te lleva a un inevitable y dramático fin, pues el objetivo último de nuestras vidas tiene que ser el de abandonar este mundo sabiendo que nuestros actos y sus consecuencias han merecido la pena y ninguna otra meta, tiene el valor suficiente como para abandonar esa idea.
"Algo tan sencillo como vivir se convierte en la más ardua de las tareas cuando nuestra libertad natural es entregada a una sociedad infectada por el capitalismo. Es entonces cuando el hecho de vivir libre, se convierte en la mayor de las revoluciones".


No hay comentarios:

Publicar un comentario