No hay
ni que decir que la revolución continua de la comunicación ha cambiado por
completo nuestras vidas, la sociedad, las personas, su forma de relacionarse…
Todo cambia a un ritmo fastuosamente fugaz. Hemos renunciado a la ya antigua
comunicación por carta, incluso a conversar con alguien cara a cara para pasar
a comunicarnos por el teléfono móvil, abandonamos el mundo exterior para
aventurarnos en el virtual, compramos en él, nos perdemos en las redes sociales
y aplicaciones que llegan a ser adictivas.
No
pretendo ser yo, quien, con este texto, critique crecimiento tan descomunal,
pero si tal vez, destacar una gran carencia que por desgracia de vez en cuando
se cobra vidas humanas, esta es la educación preventiva para la comunicación y
relación virtual. De vez en cuando vemos por televisión casos de acoso a
menores por medio de redes sociales, suicidios, nuevamente de menores, que
vieron amenazadas su intimidad y dignidad y un sinfín de desgracias similares
que siempre vemos lejanas al entorno al que nos rodea. La brecha digital que se
abre entre generaciones, es cada vez más grande, las generaciones más adultas,
se sienten más desorientados e incomunicados por las nuevas tecnologías
mientras que por el contrario, las generaciones más jóvenes las dominan a la
perfección; Esto, sumado a la tremenda accesibilidad a contenido para adultos,
a disposición de los menores, convierte en tarea imposible para los adultos, el
educar en la educación para la responsabilidad virtual y sobretodo en estos
tiempos que corren, en los cuales, como ya se ha dicho, todas las nuevas
tecnologías evolucionan a la velocidad de la luz.
Quizás
no podamos detener el crecimiento de las nuevas formas de comunicación ya que
hay intereses más egoístas por encima de nosotros, pero tal vez si podemos
formarnos más en ellas, en vez de hacer cola bajo la lluvia para tener un nuevo
Iphone 5. Documentarnos sobre las redes sociales, su objetivo último y su
objetivo real. Estudiar las nuevas formas de comunicación para poder intervenir
en conflictos que los menores no pueden resolver. Puede que sea la clave para
que en un futuro no perdamos el contacto con el mundo real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario