25 de
diciembre de un año cualquiera, Manuel:
Buenas
noches diario, no sé ni como empezar a escribir después del día de mierda que
llevo y es que hoy me ha tocado trabajar, gracias al hijo de puta de mi jefe,
el mismo que lleva todo el mes de vacaciones. Llevo ya 2 años sin poder pasar
las vacaciones con mi familia, aunque bueno… tampoco me pierdo mucho. Encima el
gilipollas me ha mandado un correo notificándome que me va a bajar el sueldo
para el año que viene y adjuntándome unas fotos de su nuevo coche y su mansión.
Sé que es para reventarle la cabeza,
pero…¿ De qué serviría? Me despediría.
Cuando
ya salí del curro, cogí el coche para volver, pero estaba averiado y me tocó
esperar 2 putas horas a la grúa. Cuando ya por fin entro en casa con las
pelotas hinchadas, me encuentro con que nadie se quedó despierto esperándome y
que ni siquiera tengo la cena hecha.
Sé que
no debería de haberla pegado, pero después de no haberme hecho la cena, pedir
dinero todo el día y después del día que llevo, qué iba a hacer, no vi, ni veo
otra opción lógica, además no se puede quejar que me duele más a mí que a ella.
Mientras
cenaba estaba pensando en que por fin acababa esta mierda de día pero mi mujer
se me acercó con un papel y resulta que el niño no trajo unas notas decentes y
me veo obligado a escarmentar al niño que ya dormía. Si mi mujer lo educara
bien, no hubiese cobrado y ambos lo saben.
Me voy
ya a la cama, mañana quemaré esta mierda de diario. Ya sabía yo que esta
tontería que nos propuso la psicóloga no ayudaría.
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