Las
doce y treinta y ocho de la noche, una noche de otoño con olor a verano, una
luna oculta y mi camiseta sudada.
Estoy
exhausto y solo llevo 20 minutos de prácticas,
sé que es poco y más para mi tercer día, pero supongo que va en mi naturaleza
ser impaciente. Esta vez ha sido el “Longboard” lo que me ha cautivado, videos
de youtube, el nacimiento de una tribu urbana con principios que me seducen, la
posibilidad de encontrar más adrenalina y más riesgo… en fin, tiene mi nombre.
Pero de
nuevo busco frutos sin antes haber plantado el árbol, de nuevo caigo, al ver
que no avanzo, en mi mundo particular. Pero esta vez lo veo diferente, es una
cosa que me encanta, el escaparme de casa en silencio o con excusas como hoy y
verme ahora, con la tabla a mi lado, la mochila y mi chaqueta como abrigo y el
cuaderno en mi regazo, no tiene precio.
Mi
madre no sabe todavía que tengo el longboard, y de mis amigos pocos lo saben,
no quería escuchar desánimos desde el principio. Para sacar el longboard de mi
armario, su escondite, a la calle, espero a que todos vean la tele o duerman
para bajar al perro y es enn este momento cuando lo saco de casa y lo escondo
en el cuarto de fuera de casa donde guardo mi bici. Es un cuarto sucio, lleno
de cables y polvo, que como yo digo lo he oKupado.
El
primer día que cogí el longboard, es decir, hace 3 días, fue en Valdemoro,
junto a mi amigo Pablo, gracias al cual, me ahorre unos eurillos en la
adquisición de mi tabla. Ese dñia me llevó a una placita, de suelo agradable
para el patinaje y me enseño lo básico. Me lo pasé muy bien, pero ya entonces
empecé a obsesionarme con que no
avanzaba con mi progreso.
Hoy me
he dado cuenta de que mi progreso no puede crecer porque ni siquiera he
empezado, de hecho, al darme cuenta de eso, es cuando a comenzado mi progreso y
aumentado mi constancia. Para animarme he pensado en malabares, ya que es un
arte que siempre ví incapaz de dominar y hoy día gracias a la constancia manejo
sin problemas.
Hoy he
bajado la cuesta más pronunciada de mi barrio y me he tirado muchas veces, pero
sin conseguir que mi tabla derrape, creo que todavía es pronto, pero ya me imagino el día en el que llegue el
capitulo en el que te cuente mi primer derrape, se me escapa la sonrisa solo de
imaginarlo.
La
gente mira raro, la mayoría no saben sobre que estoy montado, o piensan que
tengo un tick raro en la cadera, pero me da igual, me dispongo ha aprender y es
lo que haré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario