miércoles, 25 de julio de 2012

El no plan planificado.

¿Qué cuál es el plan? ¿Todavía me preguntas que cuál es el plan? Creo que dejamos aclarado este asunto hace ya mucho tiempo. ¿Qué cuál es el plan? Gustosamente te podría contestar que el único plan válido es el de vivir, sin más ¿O es que acaso no recuerdas los miles de planes que se desmoronaron tiempo atrás, sin importar lo más mínimo su preparación?
Pues eso, el plan es vivir, sin más, no luchar por causas ajenas, no malgastar tu tiempo en nadie ni en ningún plan. Es simple, solos tu y tu tiempo, sin ser lo uno ni lo otro, simplemente tu mismo. Pensando, pero sin excesos, regalando sonrisas y aspirando sabiduría. Que yo sepa es el plan más simple, pero hasta hora el único que no me ha fallado.
¿Y mañana? Pues mañana es otro día más. ¿Y el año que viene? Pues otros 365 días más que hay para vivir. No sé donde estaré ni que estaré haciendo, puede que esté delante de este rugoso folio buscando un final para esto o puede que esté lejos de todo lo conocido. Lo único que sé es que estaré viviendo, sin más. No es que sea un amante de la improvisación, pero tampoco me seduce la idea de anclarme a una estricta agenda. ¿No viste los planificadores que vida tienen? Ya sabes mi lema: "La mejor agenda es la que está en blanco".
¿Harto? Nunca, más bien ansioso de que me sigan llamando ñoño, crío y demás. Se creen que soy eso por no querer hacer lo que hicieron ellos con su vida, pisotearla.
quizás si, quizás sea este el plan, el único plan que hay que seguir para llegar al nuevo amanecer. Reír las penas y llorar la vida, o al revés, sentir a los demás y regalar tu compañía. Cerrar los ojos y sentir el más mínimo movimiento, amar, sufrir, disfrutar. En fin, vivir.

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