Confieso
que me encanta perderme en mis debates internos durante horas, la dulce sonrisa
de un pequeño o la presencia del poderoso amor al vislumbrar una pareja cogida
de la mano.
Confieso
que la música es mi amante y la demencia mi compañera. Que sin los pequeños
detalles no podría vivir y que andar en solitario por las noches es mi vicio.
Confieso
que escaparme a lomos de mi bicicleta desconectando de lo demás es mi pasión y
aprender es mi hobby.
Confieso
que odio el egoísmo aunque a veces no quede otro remedio que serlo. El mundo y
las masas que lo siguen. La falsa libertad y convivencia en sociedad.
Confieso
que he soñado con recuperar mi libertad, que hace ya tiempo quemé mi contrato
social y que volé.
Confieso
que lo conseguiré.
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