lunes, 13 de junio de 2011

Evolución

   Rápida y eterna, angustiosa, inestable y posiblemente la más incompresible de todas las etapas. Todo el mundo pasa por una determinada época en la que de manera incomprensible todo intenta cambiar a la vez, todo se va a la mierda y te quedas solo y en guerra con tu yo interior. En algunas ocasiones y de manera estúpida gritas a todo y a la nada a la vez preguntando por qué ocurre eso, como si alguien que no fueses tú te fuera a contestar. Este momento en sí es sinceramente una putada, pero si se va más allá, es decir, se mira después de que esta agotadora experiencia acabe, es un proceso precioso, en el cual aprendes más que en toda tu vida.
   Cierto es que durante el cambio, las fuerzas desaparecen, pierdes las ganas de realizar todo lo que querías hacer e incluso pierdes las ganas de, en mi caso, escribir en el blog. Pero una vez pasado toda esta basura, te das cuenta que tan solo ha sido un proceso en el que todo ha cambiado de una manera tan drástica que te has visto obligado a aceptarlo y que el resultado de todo esto ha sido una linda evolución. Tu sigues siendo el mismo, con las mismas ambiciones, gustos y preferencias, pero ahora partes desde cero con una nueva forma de enfrentarte a la realidad, desde cero y con ganas de acelerar, desde cero y con mucho por hacer, pero también mucho hecho ya en el camino anterior. Sin darte cuenta has reformado todo tu interior y evidentemente se manifiesta en el exterior. Algo así como la muda de piel de las serpientes, pero sospecho que con un resultado infinitamente distinto. En este momento estoy sonriendo y pensando "Lo conseguí".
   "Bueno, malo, largo, pesado o agradable, da igual como sea porque en poco tiempo terminará. Nada es infinito, así que disfruta el momento".

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