Un día normal

Día 24 de febrero de 2011:
   Despierto a las siete y media de la mañana, para asistir al curso de educación en el cual la presencia es obligatoria. Este curso es creado por el estado, y en él se aprende lo conveniente y necesario, pero... ¿Necesario para qué? ¿Conveniente para quienes?
   Me gustaría poder decir que estos cursos fueron diseñados en su momento por y para jóvenes, o que se crearon a partir del estudio de los jóvenes y sus demandas, pero por desgracia en la actualidad el ser joven significa ser basura, ser un estorbo, ser una panda de ignorantes que solo crean excedentes en problemas. Dieciocho años son los que llevo "aprendiendo" en estos cursos y lo único que tengo claro es que las personas pueden alcanzar grados de desmotivación inimaginables, que mi futuro esta escrito, no por el destino, sino por el interés del estado y que el estado miente a su favor, creando falacias formales a raíz de la educación y otros campos.

   Suena la alarma de fin del curso educativo por hoy tras ocho intensas horas. Me dirijo a casa para calmar el hambre con la comida, enciendo la televisión, y de una lista incontable de canales el sesenta por ciento muestra publicidad, anuncia bienes y servicios, con los que se asegura la felicidad, sin los que no serás nadie, ni te sentirás realizado. El otro cuarenta por ciento muestra noticias de actualidad, las cuales no sé si creer, pues las noticias emitidas en un canal entran en conflicto con las noticias emitidas en otro canal.

   Termino la comida y decido apagar la televisión para convertirme en un pasajero de Internet, miro mi blog, una de las pocas formas ya existentes para manifestar el pensamiento, con la esperanza de haber incrementado mi número de visitas, no por la popularidad, sino por el placer de haber podido compartir mi pensamiento con algún lector más. Esta vez no hay suerte, tan solo un correo anónimo que dice: "Déjate de blog y dúchate que hueles mal", a lo que yo pienso: Pobre, creo que no entendió mis textos y se enojó, haciendo casi material su ignorancia..

   Llega la hora de quedar con mis amigos, con los cuales hoy patino,por falta de medios, en un aparcamiento. Y es aquí, en un frío y solitario aparcamiento en donde entiendo que la gente cada vez es más individualista, seca y distante.¿Será por la publicidad que te hace sentir mal?¿Por Internet?¿Por el correcto funcionamiento de un experimento sociológico llevado a cabo por el estado con el fin de controlar las masas? No lo sé, solo sé que esto es la realidad.

   Se que todo esto puede llegar a ser escalofriante, pero cuando comienza mi temor es cuando una vez bien entrada la noche descubro instalados en las farolas equipos, equipos constituidos por videocámaras que no dejan ni un ángulo muerto y lo que parece ser un altavoz.¿Acaso se está instaurando un estado totalitario sin que tengamos consciencia de ello?¿Para que necesitamos esas cámaras?¿Tan insegura y peligrosa es la calle? Sinceramente lector, esto cada vez se parece más y más a la novela 1984 de George Orwell, y quién sabe si de aquí a un periodo temporal reducido puede que sea detenido por la policía del pensamiento o vaporizado.

   Acaba así un día normal para mí, en el cual cada vez más, me cuesta encontrar la Libertad, la Igualdad y los Derechos Fundamentales del individuo.