sábado, 8 de diciembre de 2012

Vestido de sumisión y pasividad.



   Cada día más harto de escuchar, con progresiva reiteración, frases como “Es lo que toca” , “Hay que aguantarse y dar gracias” y similares sandeces fruto de la sumisión que este planeta mastica día a día. Más hasta las narices de ver como los que luchan caen y se rinden y sobre todo hastiado al ver que esto no para, cada día es más difícil vivir y el ser humano que vive en sociedad está cambiando a peor. El ser humano de ahora, considera libertad al hecho de tener el dinero suficiente como para mal pagar una casa, una alimentación para su familia y para pagar necesidades básicas, ahora de índole privada con fachada pública, sin importar lo más mínimo el tiempo que haya invertido en el trabajo, sin importar porque suelas deambule su dignidad. El ser humano de la actual sociedad afirma y alega públicamente que mientras tenga el dinero suficiente para salir a flote, va sobre ruedas y que da gracias a ello, olvidándose por completo de lo que verdaderamente es la libertad, pasando por alto su corazón, su bienestar y el de los demás.
   Y es que vivimos en un mundo en el que cada vez somos más dependientes del dinero y cada vez hay menos. Un mundo en el que se infravaloran los estudios, la profesionalidad, las personas y su dignidad. Vamos directas a un oscuro pozo de sumisión y pasividad que afecta a las mentes más jóvenes y revolucionarias.
   Puede ser que esta opinión la comparta más de la mitad de la población, pero desde casa no se soluciona nada, el apoyo moral no sirve de nada contra porras, pelotas de goma, desahucios, privatizaciones y leyes injustas. Cada frase contaminada es un lastre para la pacífica batalla de la libertad, cada mirada gacha un paso atrás y cada grito callado un obstáculo más.
                “Tal vez sea hora de abandonar el bien propio y coger el relevo del bien común que tanto anhelamos”

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