domingo, 22 de enero de 2012

Malabares


   Lanzas una pelota, tímidamente, con miedo, preguntándote mil veces por segundo qué es lo que va a pasar, la lanzas y cae al suelo. Sin perder la esperanza y de manera decidida la recoges y lo vuelves a intentar. Varios intentos con fracasos incluidos acumulas ya a la espalda, la esperanza ya flojea pero no ha caído todavía. 
   Ya no tienes miedo, sabes que lanzarás la pelota y aunque no sabes nada más, te aventuras a probarlo, la lanzas y para sorpresa de todos esta no vuelve  a encontrarse con el frío suelo, esta vez la consigues. Te cuesta creértelo, pero es la realidad, lo as conseguido. 
   Poco a poco vas perfeccionando la manera de ejecutar el número pero pronto te das cuenta de que eso ya no vale, que ya no llena el vacío existente en tu interior y decides añadirle más complicación; esta vez existe una dificultad más, una bola más que coger al vuelo, miles de preguntas más que resolver, piensas que no será tan difícil y de hecho no lo es, rápidamente lo consigues y sin darte cuenta ya no tienes en cuenta lo que los demás dijeran, solo buscabas conseguirlo por ti, por llenar ese vacío.
    A medida que pasa el tiempo, sigues complicando el número, cada vez cuesta más superarlo, pero te da igual, porque sabes que el único error es el rendirse, no existe un fracaso si no existe una rendición.
   Y tal vez sea esto, un simple número de malabares, lo que describa a la perfección  cómo es la vida, cómo ha de enfrentarse uno a ella y de cómo nosotros mismos nos marcamos los límites.
"Si hay oscuridad, hay luz, si existen dificultades, existen soluciones, y si luchas, siempre habrá un sendero".

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