Pequeño
hueco queda en mi gastado cuaderno, pequeño pero suficiente, suficiente para,
con ayuda de mi bolígrafo, plasmar una gran sonrisa. Y es que quizás a veces
sonreír es la mayor de las esperanzas, lo único que nos puede servir y quizás no
exista ningún insensato secreto para hallar la felicidad, tal vez esta se halla
en el propio camino de su búsqueda y a lo mejor y solo a lo mejor es,
escucharnos a nosotros mismos, lo más inteligente.
Y puede
ser, pero solo a lo mejor y de vez en cuando, que yo aparente ser un loco, o
si, tal vez lo sea. Pero cordura suficiente en mi testa queda para afirmar que en mí
circula por medio de sonrisas, carcajadas e impredecibles actos miles, una
felicidad sin igual.
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