martes, 12 de abril de 2011

Los raros, los míos.

   ¿Alguna vez conociste al típico niño que juega con las niñas de su clase? ¿O conociste a la niña que amaba el fútbol? Tal vez llegaste a ver a la típica persona que le gusta estar sola, pero no la llegaste a conocer porque total, porqué preguntarle el motivo de su deseo.
   Todas estas personas, el amanerado, la marimacho y el marginado entre otros adjetivos despectivos, son junto a un sinfín de otro tipo de personas las que de verdad hacen que la vida sea más interesante. Todos ellos comparten un oscuro pasado, que les trató mal por su manera de ser, por no seguir el tópico que marca la sociedad para cada sexo, para cada mentalidad, para cada zona. Todos ellos, además, tienen en común la enorme fuerza que les llevó a no cambiar ni un ápice de lo que eran, y por ello hoy son lo que son. Todos ellos fueron criticados por los niñatos de sus clases, por los niñatos encerrados en cuerpos de padres y en algunos casos tan solo conocieron la espalda de su familia la cual les rechazaba por no cumplir lo que se les exigía, "Ser normales".
   Lo único que se les pasaba por alto a los que no aceptaban a los "diferentes" era que estos son los únicos capaces de cambiar las cosas, de hacerlas de manera distinta, de innovar y mejorar todo lo que se propongan y todo ello partiendo desde el equilibrio el respeto y la paz.
   Yo fui un raro, pues prefería la comba antes que el balón, el libro antes que la televisión, el diálogo antes que el puño cerrado. Con el tiempo no fui capaz de aceptar las críticas, por lo que me convertí en un "normal" enterrando mi rareza por un tiempo. Pero esta volvió a salir de su ataúd poco después debido a que la experiencia me mostró de lo que son capaces los "raros" y que si el mundo evoluciona es debido a estos mismos. Ese día decidí que de mayor quería seguir siendo "raro".
   Hoy día, cada vez que pienso que no hay nadie igual que yo, con mis tonterías y mis pensamientos, con mis gustos y mi forma de expresarme no me siento un "raro" sino que me siento especial. Supongo que es algo que todos los que fuimos "raros" deducimos de mayores, que en nuestra infancia se nos denomina como "raros" pero en realidad somos la especial semilla que crecerá y se transformará en alguien o algo grandioso. Una vez los denominé corazones parlantes, hoy creo que afirmaré que si el mundo gira es gracias a ellos, los "raros", los míos, los que solo gritan para decir: ¡ SE DIFERENTE!
   "Si tu sueño es el de ser como alguien, el de ser algo que según la sociedad, está bien visto, me aburres, pues lo verdaderamente interesante es el poder ser quien tu elijas sin factores condicionantes de por medio, ser diferente".

1 comentario:

  1. Bueno, he estado cotilleandote la página, y me he convencido a mí misma para comentar. *Los raros,los míos* Es de mis preferidos. :)
    Lito, un beso de Ana *

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