viernes, 25 de abril de 2014

LA ROPA, NUESTRO YUGO.

Algo tan simple como la ropa configura como somos, el propio peinado que lleves o simplemente la melodía de tu celular. Así por ejemplo, y sin pretender potenciar los estereotipos, podremos deducir a rasgos generales, que una persona con ropa ancha, zapatillas anchas y gorra de visera plana, es una persona que simpatiza con el movimiento Hip-Hop. Podría poner diferentes ejemplos, pero no es el fin último de este texto centrarse en ese aspecto. A donde quiero llegar es a lo siguiente: Hemos llegado a un punto en el que no somos nosotros los que con nuestra apariencia configuramos lo que queremos mostrar, este fenómeno se ha invertido y es ahora cuando nuestra apariencia reina sobre nosotros. Se puede decir que se han establecido unos cánones los cuales las personas deben seguir para conseguir la apariencia deseada y esto es lo que nos está destruyendo, destruye nuestra riqueza cultural, social y personal. Pues por ejemplo y retomando el anterior, solemos adjuntar al perfil anteriormente detallado como una persona que no tiene estudios, que seguramente realice un regular consumo de drogas y pase la mayoría del tiempo en su casa o con sus amigos pero no haciendo nada productivo. Sin embargo, al ver una persona con ropa negra, alguna pulsera de pinchos y pelo largo, la mayoría de personas lo relacionarán con el perfil de un heavy, probablemente adicto a la cerveza, que participa probablemente en algún grupo de música y que nuevamente no tiene demasiados estudios. Si vemos a una muchacha bien vestida, con marcas que reinan sobre la moda, conduciendo un coche y en el asiento del copiloto una carpeta, la culparemos de ser una niña de papá, que seguramente estudie en lo privado y que le guste la música pop, indie o similar.
Estos ejemplos anteriores, todos los conocemos, pero no nos damos cuenta que esto no queda simplemente en un estereotipo del perfil a nivel personal y social, también esto afecta cada vez más al ámbito político, así pues, pensaremos que la muchacha mencionada atrás, será partidaria de unas ideologías más de centro derecha mientras que el considerado heavy será más de izquierdas o incluso anarquista. Bien, este suceso, es peligroso, no porque los estereotipos destruyan poco a poco todo el tejido interpersonal de las personas, sino que es perjudicial por varias razones aunque la principal es la falta de educación de los jóvenes. Esta falta de educación y desconocimiento de la realidad hace a los jóvenes elegir un perfil al cual seguir sin pensar siquiera en las repercusiones o en lo lógico de su ideología.  Por ejemplo, una persona sin una educación de calidad (La mayoría de los jóvenes españoles en la actualidad) que se críe en un barrio obrero, odiará el capitalismo, las marcas, el gobierno y tendrá un pensamiento izquierdista, pero no sabrá justificarlo, debido a que esas ideas no son suyas, son heredadas de una sociedad inculta que no ha mostrado a los jóvenes cómo aprender. Nuevamente nos encontramos con un joven, esta vez adinerado, desconocedor de toda la realidad social y acomodado en su gran casa de lujo. Este joven, será más partidario de un pensamiento de derechas, vestirá de manera elegante y cuidará sus formas, estará en contra de temas como el aborto, la inmigración… Pero realmente muy pocas personas pueden defender esas ideas de una manera tenaz, porque como dije antes, no son sus ideas, son las ideas que se han de aceptar por llevar un determinado tipo de ropa, así pues, nunca a día de hoy vi a una persona simpatizante de derechas fanático del hip-hop, ni a una persona adinerada amante de Canteca de Macao.
Pero esto no queda aquí, el peligro comienza a materializarse cuando los medios usan este fenómeno social, para manejar a las masas, acusando de radicales a unos o de conservadores a otros, nos vuelven unos contra otros y sin darnos cuenta entramos en su juego, como marionetas manejables y de esto también saca partido el gobierno y los lobos que también intentan acceder al poder del mismo. Su objetivo el volver a sus simpatizantes contra todos los demás pero de una manera tan elegante e inteligente que ni siquiera lo llegamos a sospechar.
Por lo tanto, tenemos que tener mucho cuidado y ser más observadores con lo que nos rodea, pues no creo que aunque los medios lo digan, todas las personas adineradas deban ser enemigos míos por ser de izquierdas y no todos los de izquierda deben ser mis amigos.

“En la diferencia está la riqueza humana, no lo sustituyamos por odio”.

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